Reflexiones

La Hipnoterapia como herramienta para combatir el estrés

El estrés no es una enfermedad, es un estado alterado en el organismo y se manifiesta por una descompensación entre los sistemas de protección y crecimiento.

En el cuerpo tenemos dos mecanismos, uno de crecimiento y otro es de protección y ambos no pueden operar en forma eficiente a la vez. El sistema de protección es llamado también “modo lucha o huida” o sistema simpático y cuando entra en acción el modo de crecimiento queda inhibido.

Al activarse una respuesta de protección en el organismo, la redistribución de energía tiene como consecuencia ineludible una disminución en el crecimiento. Por ejemplo: “se te viene un camión encima”. Al percibir esta amenaza grave, el cuerpo se pone en modo protección, preparado para luchar o huir, y necesita cierta estrategia para lograrlo, por lo tanto y simplificando, realiza los siguientes tres movimientos:

1) Saca la sangre de los órganos y la dirige a los brazos y piernas porque éstos son los miembros especializados en correr, saltar, trepar, o lo que sea necesario para salvar la vida en ese momento.

2) Las glándulas suprarrenales secretan cortisol, las llamadas hormonas del estrés, que suprimen por completo la actuación del Sistema Inmune. ¿Por qué? Porque en este momento es más importante salvarte la vida que evitarte un resfriado.

3) Disminuye la capacidad de pensar con claridad. Como en una emergencia, cuando más rápidamente se procese una información, más probabilidades tiene el organismo de vivir, el sistema reduce la sangre del cerebro pensante y lo envía al cerebelo que es la fuente de reflejos instintivos vitales, pero esto tiene un precio: la disminución de la conciencia y la reducción de la inteligencia.


Efectos nocivos del estrés

El sistema es un mecanismo brillante para manejar situaciones de estrés agudo. No obstante, no está preparado para permanecer activado en forma continua, solo el tiempo necesario para salvar tu vida de un peligro inminente.

Los puntos 1 y 2 afectan el cuerpo de la persona predisponiéndolo a enfermarse más, envejecer más rápido y morir prematuramente y el punto 3 afecta principalmente a la forma de vida, las relaciones y prosperidad de la persona.

Hoy en día, la preocupación y la cantidad de actividades que las personas desarrollan hace que el sistema de protección esté activado, en algunos casos hasta las 24 horas del día, porque, cuando la persona llega al punto de no dormir o dormir mal (que significa tardar en dormirse y/o tener varios despertares desveladores y/o sentir cansancio a la hora de levantarse a la mañana siguiente y/o tener sueños terribles y agotadores), la persona vive en estrés de día y aún durante la noche, cuando debería dormir profundamente para permitir que su cuerpo repare el desgaste diario.


Transmisión genética

El estrés es terrible para el organismo, a veces de una magnitud tal que desarrolla enfermedades que se transmiten genéticamente. Así como transmitimos a nuestra descendencia el color de los ojos, transmitimos también el estrés crónico y las enfermedades derivadas del mismo, ésto ya se sabe desde la década del noventa.

Por lo tanto, tenemos un doble compromiso de eliminar el estrés, primero para vivir la vida que nos merecemos y segundo para no transmitirlo a nuestra descendencia.